¿Es de mala educación ofrecer mi asiento en el transporte público a alguien que es mucho mayor que yo pero que aún no es senior?
Tengo veinticinco años y utilizo con frecuencia el transporte público en mi ciudad. A veces veo que sube al autobús alguien que parece mucho mayor que yo, pero que todavía parece lo suficientemente joven como para no tener problemas para estar de pie (quizá de 40 o 50 años). Suponiendo que no tengan dolencias invisibles como la artritis o el dolor crónico, ¿es descortés por mi parte ofrecerles mi asiento?
Mucha gente de mi ciudad se ofendería si le llamaran viejo/incapaz y no quiero ofender a nadie, pero sé que debería ofrecer mi asiento a los clientes de más edad.
Contexto: Estoy en Canadá y en muchas ciudades hay asientos prioritarios que pueden ser ocupados por cualquiera, pero se da prioridad a las personas mayores (EDIT: “older patrons” típicamente, lo que implica a las personas mayores), a las mujeres embarazadas, a las personas con niños pequeños o a los discapacitados. Nadie hace cumplir estas normas, simplemente se espera que cedas tu asiento cuando veas que alguien sube al autobús.